cambios necesarios en la reforma tributaria actual
Las empresas fintech enfrentan una carga tributaria significativa en Argentina, con un promedio del 6,4% en concepto de Ingresos Brutos. Este porcentaje es bastante más alto que el que manejan sectores como comercio o servicios, que rondan entre el 3% y el 5%, dependiendo de la provincia. La situación se complica aún más si se considera que hay una gran variabilidad entre las provincias; por ejemplo, en Tierra del Fuego se paga un 3,5% mientras que en La Pampa y Santa Fe, la alícuota puede alcanzar hasta el 9%. Además, lugares como Córdoba, Jujuy y Santa Fe han implementado alícuotas diferenciadas para las fintech, lo que genera aún más desigualdad y complejidad en el sistema tributario.
Desde la Cámara Fintech, advierten que el sistema de IIBB afecta negativamente a consumidores y comerciantes, encareciendo los servicios financieros. Esto no solo hace que el crédito sea más costoso, sino que también dificulta la formalización de la actividad económica, lo que en última instancia puede perjudicar la recaudación fiscal.
La “mamushka” de impuestos al sector: uno por uno, cuáles son y a quiénes afecta
El sistema impositivo argentino es conocido por su complejidad, similar a una “mamushka”. La elevada carga fiscal que enfrenta el sector financiero se suma a una distorsión en lo que se paga a Nación, provincias y municipios, lo cual es una queja recurrente entre empresarios. Tanto ABA, que representa a los bancos privados de capital extranjero, como ADEBA, que agrupa a entidades de capital nacional, prefirieron no comentar sobre este tema, a pesar de que participan en reuniones de cámaras bancarias donde la carga tributaria es un punto central de discusión.
Para entender esta situación, empecemos por el Impuesto a los Ingresos Brutos, cuyo impacto varía según la provincia. Por ejemplo, en Corrientes, la alícuota es del 4,70%, mientras que en La Pampa puede llegar hasta el 9,10%. Algunas jurisdicciones aplican recargos específicos sobre el diferencial financiero, otros gravan los títulos públicos e incluso existen casos donde los créditos hipotecarios son alcanzados por este impuesto.
El Impuesto a las Actividades Económicas (IAE), que es en esencia lo mismo que IIBB pero con otro nombre a nivel provincial, repercute sobre individuos y empresas que operan económicamente, estén generando ganancias o no. Este impuesto afecta a una variedad de sectores, desde comerciantes hasta plataformas de ventas online. Para los bancos, la carga es aún mayor, ya que además del IIBB, deben enfrentar el IVA financiero y el Impuesto al Cheque.
Además, la Cámara de Medios de Pago sostiene que una simplificación tributaria podría ayudar a equilibrar la competencia. La crítica común del sistema bancario es que compiten “en desigualdad de condiciones”, ya que muchas billeteras digitales no tributan de la misma manera que los bancos tradicionales. Así, lo que se busca es que todos los actores del sistema financiero tributen de forma más equitativa y que las alícuotas se reduzcan.
Dentro de los IIBB se encuentra también el Impuesto a los Servicios Informáticos y Financieros, que en algunas provincias tiene tasas específicas. A esto se suman las retenciones sobre pagos digitales, que benefician a las provincias porque recaudan impuestos anticipadamente al utilizar plataformas como agentes de retención.
Por último, hay que mencionar el SICREB, que aplica cada vez que una empresa recibe una acreditación bancaria. En este caso, el banco retiene un porcentaje como anticipo de Impuestos sobre Ingresos Brutos, lo que permite a las provincias recaudar rápidamente sobre los movimientos bancarios.
Cuál es el impacto de estos impuestos en el PBI
El debate sobre la reforma tributaria ha cobrado fuerza últimamente. Según un informe de Econviews, Argentina se sitúa entre los 10 países con mayor presión fiscal. A pesar de que los gobernadores buscan reducir su dependencia del gobierno nacional y equilibrar sus cuentas, persiste el miedo a un deterioro en las finanzas provinciales, especialmente con las reformas que el presidente Javier Milei ha comenzado a explorar.
Un informe reciente del IERAL, titulado “Las reformas de largo plazo requieren un nuevo acuerdo entre Nación y Provincias enfocado en la competitividad y la viabilidad fiscal”, subraya la necesidad de realizar reformas que eliminen o reemplazen los impuestos más distorsivos para el crecimiento económico. Entre estos figuran los Derechos de Exportación, el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, así como los Ingresos Brutos a nivel provincial.
En total, estos impuestos suman alrededor del 7,6% del PBI, lo que impacta de manera directa en la economía. En este contexto, la cuestión de los Ingresos Brutos se presenta como un nudo crítico a desatar, con la posibilidad de establecer alícuotas máximas que alivien las distorsiones actuales.